Los días pasaron, y mi mente seguía ocupada a por aquellos lindos ojos marrones, no tenía idea de que hacer pues todas mis locas ideas ahora tenían que ver con él... Salir a pasear y toparmelo "por casualidad" o quizá volver a reunirnos, pero era demasiado tímida y penosa como para hacerlo.
En fin no tenía nada que hacer y me inscribí a unas clases de guitarra, siempre había querido comenzar a tocar algún instrumento
Searching for my kind of perfect
viernes, 16 de diciembre de 2011
lunes, 25 de julio de 2011
18: Iluscionarme... Naaada bueno
-¡Ahh! No puede ser - Dijo Luna aún estupefacta.
- Hace poco que comencé a darme cuenta de que lo miraba más de lo necesario... - dije con una mueca en el rostro; para mi era difícil aceptarlo, pero debía admitir que estaba sucediendo, me estaba enamorando.
-Pues que esperas, ¡Regresemos!- Dijo tomándome de lamuñeca y jalándome hacía donde estábamos sentadas.
Llegamos y me dí cuenta de que Javier se había ido, no pregunté que había sucedido, pues tal vez alguien sospecharía algo, seguí platicando como si nada hubiera sucedió, pero en el fondo yo ansiaba poder seguir platicando con él y conocerlo más. Pasó el tiempo y pronto fue hora de ir a casa. De camino a mi lindo hogar Kath fue la que me acompañó, ella también había notado mis miradas contantes hacia Javier, pero había esperado a que estuviéramos solas para preguntar.
- Isabela, tengo que preguntarte algo. - Dijo
- Si claro Kath, lo que quieras. -Dije, aunque yo tenía un presentimiento de lo que preguntaría.
- ¿Te gusta Javier Cierto?- No era una pregunta, era más una afirmación. Ella me conocía de hacía años, era lógico que lo hubiera cachado a la primera.
- Pues, aún estoy dandome cuenta de eso. Tal vez si, tal vez no. Tendré que pensarlo.
- Se nota en tus ojos Is, te conosco.- dijo como una hermana mayor, y a veces lo era para mi.
-Ahh! Es que no se, tengo miedo de volverme a iluscionar. - Dije afligida; con Adam, sinceramente nunca hubo alguna posibilidad, y estaba casi segura de que sucedería lo mismo con Javier.
- Mira, yo se por experiencia propia que es bastante duro que para él tu no existas, pero al menos intenta hacerte su amiga, y si él ve todo lo bueno de ti seguro te querrá, y si no lo hace es un tonto pues tienes muchas cualidades. Así que mi consejo es: Intentalo, nada puede salir tan mal...
Lo que me dijo Katherine me llenó de fuerza para luchar por él, pero aún no sabía que hacer.
Llegué a mi casa y me despedí de mi mejor amiga con un simple adiós.
Me sentía rara. Me estaba iluscionando y eso no era nada bueno... Fui a cenar y después a la cama. No podía conciliar el sueño, esos lindos ojos marrones y esa linda sonrisa seguían en mi cabeza, y no era solo su físico, no, era lindo de sentimientos, lo noté cuando se fue el novio de Valery. Se comportaba totalmente distinto, tal vez aparentaba algo que no era, no lo sabía.
Lo que si sabía era que no lo vería en bastante tiempo y no necesitaba una razón más por la cual querer entar a la escuela.
Alrededor de las 12:40 pude por fin quedar dormida, y valla que dormí pues al día siguente desperté a las 10:00 am.
Cuando me hice a la idea de que me tenía que levantar vi que mi celular parpadeaba, era un mensaje de Luna:
"Buenos días hermanita, pensando en tu sabes quien"
No hice más que reír, sabía que esto pasaría...
jueves, 23 de junio de 2011
Cap: 17 El comienzo después del final
Después de tanto tiempo sin ver ni a Ricardo ni a Adam, mi corazón se había quedado lleno tan solo de mis amistades. Llegó el verano, y pronto saldriamos de clases; pero algo que yo no sabía era por lo que tendría que pasar.
Un par de semanas ants de salir del colegio, Diana nos dijo que se mudaría de ciudad... a Tecuala, Nayarit para ser más precisos. Quedé impresionada; se había vuelto una magnífica amiga y prontó la perdería. ¿Se podía estar más sola aún...? La respuesta era sí, si se podía. Las últimas semanas pasaron rápidamente e incluso antes de terminar el ciclo, Diana partió hacie su nueva vida.
Se terminó el ciclo escolar, el más maravilloso de mi vida; había conocido a Luna mi hermanita, a Diana la exéntrica, a Charlotte la dulce, y había seguido con Rachel, Katherine y con muchos otros amigos. Sin duda alguna el mejor año. Pero, como siempre, tenía que terminar. Varios se cambiarían de escuela, como Rachel y David, otros más se fueron de la ciudad, como Emily y Diana. Así que nos quedaríamos pocos para el siguiente ciclo escolar y por mi mente pasaba un aburrido verano.
El día de entrega de calificaciones todo marchó normal: Yo, como siempre había mantenido mi excelencia, pero este vez no me sentía feliz. No sabía la razón correcta, pero simplemente no era de mi agrado el sobresalir como siempre.
Por fin llegaron las tan ansiadas vacaciones, pero no sabía que hacer. Después de dos días de aburrimiento, decidí llamar a mis amigas para salir al parque, les indiqué que podían invitar a quien ellas quisieran y así conocer gente nueva. También invité a algunos amigos del salón y les dije lo mismo que a las chicas; era plan con maña ¿o que?
Quedamos de vernos a las 5:00, el el parque que estaba cerca de la escuela. Alrededor de las 4:20 comencé a vestirme para la salida. No me arreglé demasiado; simplemente un pantalón de mezclilla, una linda blusa y unos tenis, intenté no maquillarme de más y salir muy natural. Iría a ver a mis amgos no a un desfile de modas...
Al llegar vi a Luna, a Katherine, Charlotte, Judith y a Valery una de las "niñas de mami" pero la que me caía mejor. Con ella estaban varias chicas a las había visto en la escuela y de las cuales sabía su nombre pero hasta ahí... Nos sentamos a platicar en una de las mesitas del parque, nos presentamos todas y comenzamos a bromear.
Un poco más tarde llegaron los chicos, David, Ernesto, Antonio y varios más a los que no conocía. Entre ellos estaba un chico al que había visto, además de en la escuela, asistir a las clases de catesismo a las que yo iba; como siempre mi timidez no me dejó platicar con él en aquellas clases pero al menos de alguien más sabía el nombre: Javier. Un chico lindo y tímido, de cabello rubio-castaño, de tez clara y muy divertido.
Hacía tiempo que había estado viéndolo más de lo necesario, y creía que me había empezado a gustar, pero esta vez no me haría ilusiones...
Comenzamos a platicar entre todos, muy pronto Valery se fue con su novio y muchos se fueron llendo. Me sentía tan satisfecha pues había platicado tranquilamente con Javier, sin mostrarme nerviosa ni nada. Después de que Luna me cachara mirandolo continuamente se dió cuenta y me pidió que la acompañara al baño.
- Isabella, ¿te gusta Javier?
- Em... - Dije dudando; ya antes me había echado carrilla con gente sin que ni si quiera me gustara, ahora alguien que si sería peor. - Si, pero no digas nada por favor. - Dije suplicando
Se tapó la boca con la mano en un intento de no gritar, la había dejado sorprendida.
16:No más Adam...
La clase pasó, pero mi mente seguía perdida, no hacía los ejercicios bien, no prestaba atención cuando me hablaban; simplemente estaba distraida.
Ese fin de semana pasó tan lento, que las horas me parecían enternas, además por si fuera poco varias amigas estaban fuera de la cuidad y no tenía nada que hacer más que ver televisión. Cada dos que tres canales había algú programa con temática amorosa, y eso me recordaba a Adam.
Llegó el lunes, y con él, mi oportinidad de verlo de nuevo. Durante las clases estuve tan impaciente por llegar a mi casa, que terminaba todos los trabajos lo más rápido posible, con la esperanza de que así las horas pasaran más rápido.
- ¿Qué pasa? - dijo Luna notando mi prisa durante el día.
- Es que el viernes esperaba con ansías poder ver a Adam, pero...
- ¿Que sucedió? - dijo procupada. Amo como toma lo que le cuento suempre en serio.
- Pues simplemente no fue, y espero que valla hoy...
- Hay Is... - dijo en tono de mamá. Ella era mi consejera, y en momentos yo de ella.
- Tengo miedo de ilusionarme, pero a la vez no lo puedo resistir...- dije sintiendome vulnerable. Nunca me había obsesionado de esa manera por alguien, pero yo sabía que ilusionarse no era bueno, ya que una vez me hizo pasar malos ratos.
- No te preocupes Is, y deja que venga lo que tenga que venir.
- De acuerdo. - dije y continuamos hablando de cosa triviales.
Las clases siguieron lentas, peor cuando por fin llegó la hora de salir de mi casa y camir hacia la clase de taekwondo, me entró el miedo, miedo a fracasar, a no ser aceptada. Aún así continue caminando.
Al llegar estuve un rato esperando; llegó Jessica, y todo mundo... Menos él.
Después de aquello mis animos estuvieron por los suelos, no quería si quiera ir de nuevo al Taekwondo... era frustrante esperar a que por fin fuera y que no apareciera.
Pasaron días.....
semanas.....
Meses.....
Y Adam no aparecía, ahora tampoco me lo encontraba ocasionalmente en la calle. Era como si hubiera desaparecido, como si se hubiera esfumado entre la bruma...
jueves, 2 de junio de 2011
15: Desepción
Sin más remedio que dormir, fuia mi cama y pronto caí en el mundo de los sueños, pero uno totalmente raro me atormentó durante la noche:
"Estaba en mi casa, mirando hacia afuera de la ventana y depronto vi a Ricardo y a Emily pasar corriendo hacia la derecha y luego a Adam pasar hacia la izquierda. No sabía que hacer, si salir corriendo o mirararlos alejarse por la calle. Además ¿Qué camino elegiría? Mi mente estaba revuelta, y para colomo había comenzado a llover, si decidía perseguir a alguien debía hacerlo en ese momento, sin importar a lo que llevara después. Con lluvia, truenos y relámpagos salí a hacerle frente a ese desición que tardeo temprano tendría que tomar. "
"Estaba en mi casa, mirando hacia afuera de la ventana y depronto vi a Ricardo y a Emily pasar corriendo hacia la derecha y luego a Adam pasar hacia la izquierda. No sabía que hacer, si salir corriendo o mirararlos alejarse por la calle. Además ¿Qué camino elegiría? Mi mente estaba revuelta, y para colomo había comenzado a llover, si decidía perseguir a alguien debía hacerlo en ese momento, sin importar a lo que llevara después. Con lluvia, truenos y relámpagos salí a hacerle frente a ese desición que tardeo temprano tendría que tomar. "
Desperté muy agitatada, y con una sola cosa en mente: Pronto tendría que tomar una desición, no podía seguir atormentandome así la vida.
Fui al baño y me lavé la cara. Mi cara estaba pésima, tenía unas ojeras gigantescas, y mis ojos estaban rojos; si bien decían que las pesadillas no dejan dormir...
Desayuné y fui a la escuela y me encontré con que no habría clases, Los maestros tenían una junta de consejo técnico o algo por el estilo. Regresé a mi casa sin ganas de hacer nada y me tiré en la cama a dormir.
Desperté de nuevo a las 10:00 am y sin más sueño decidí ir a pasear al parque. Caminé con los audífonos de mi Ipod hasta que me encontré con Diana y Cassandra. Comenzamos a platicar sobre lo ocurrido el día anterior con Luna.
- David es un tonto - dijo Cassandra - Luna lo quiere mucho y él no lo aprovecha...
- Ni cuenta se da el muy inútil- dijo Diana.
- Les juro que a mi me sorprende ese comportamiento de David; lo conosco desde hace mucho tiempo y esto lo causo alguien más, el no es capaz de formarse esa idea solo.
- No habrá sido idea de.... - dijo Diana
- De Estefania - Completamos Cassandra y yo.
Era cierto, siempre estaba tras de David, no le importaba parecer prostituta con la falda muy arriba, su intención siempre fue llamar la atención. Había una "batalla" entra lo que ella pensaba era lo correcto, y mi opinión; teníamos opiniones muy diferentes pero a la vez parecidas, eso me asustaba, podía llegar a ser como ella, y yo misma me detestaría. Pensé en cambiar de tema y les comenté a ellas sobre el problema con Katherine, no sabía aún si debía decir algo o dejarlo por la paz. Necesitaba una segunda opinión, y que mejor que dos.
Platicando sobre este tema pasaron del otro lado del parque, Adam y Marco, iban tan metido su plática que no me vieron, pero era una suerte, pues había salido mal vestida a pasear.
Adam... todavía recordaba esa última imágen que tenía de él cuando había llevado a mi hermanita a casa. Unos ojos preciosos, que me dejaban sin habla.
Después de platicar durante mucho tiempo, me despedí de ellas y fui a mi casa
Ya en mi hogar comencé a praparar algo de comer; le daría una sorpresa a mi familia y además fijaría mis pensamientos en otro tema.
Lasagna. Una comida fantástica que había aprendido a cocinar unos meses atrás cuando fui de visita con mi tía. Había sido fantástico, en aquella ocasión, cocinar algo tan delicioso pero esta vez ni la comida lograba distraerme de aquellos recuerdos, de aquellos ojos que había visto apenas dos días atrás.
Pasta, Tomates y mi mente seguía perdida, y no sabría cuando la podría encontrar de nuevo.
Llegó la hora dela comida y a todos les facinó, pero aún seguia iluscionada con ver a Adam por la tarde, y cada hora que pasaba me ponía más y más nerviosna.
Cuando dieron las 4:30 comencé a alistarme, quería verme bien; no exagerada pues se notaría demasiado, tan solo "bien".
Esperé a que Rebecca estuviera lista y caminamos juntas entre broma y broma a nuestra clase.
Al llegar, busque discretamente con la mirada algún rastro de él. Nada.
Estaba por comenzar la clase y él no había llegado, era bastante raro ya que nunca se le había hecho tarde. En ese momento Llegó Jessica con su cabello negro plancado como simpre dicendome:
- Adam no vendrá. -
Tres palabras, tan solo tres palabras me paralizaron, había estado esperando para verlo de nuevo, y ahora tendría que soportar no verlo hasta el Lunes. ¡Oh tragedia! Y mi se reconectó al mundo real, un mundo en el que las fantasías son un arma mortal.
domingo, 22 de mayo de 2011
14: ¿Ayudar a una amiga o arreglar mis problemas?
EL día pasó muy lento, pero cuando dieron el timbre Luna comenzó a llorar de nuevo.
- ¿Qué pasó? - Preguntó el profe de Matemáticas que aún estaba en el salón.
- Nada, lo siento. - Dijo Luna tratando de calmar sus sollozos.
Salió des salón y corrí hacia ella, seguida de Diana y Cassandra.
-¿Qué pasó? - Preguntamos las tres al unísono.
- Es que extrañaré esos dulces labios de los cuales me despedía cada día a la salida...
- Luna... - Me quedé en shock. Yo nunca había llegado a besar a Ricardo, bueno; tal vez solo una vez pero no había sido suficiente como para volverse un buen recuerdo.- no te atormentes más, ya pasó...
Seguimos platicando con ella y pronto cambiamos de tema para que lo olvidara. Tuve que irme a mi casa solo, ya que habían pasado por Katherine. Por el camino estuve pensando en lo sucedido al final de las clases; no era posible que me hubiera sentido triste por eso, no tenía que haber pasado. Mi mente caviló esto durante un rato, pero no pudo llegar a un veredicto.
Al llegar a casa, grande fue mi sorpresa cuando me encontré a Luna Sentada en mi sillón. ¿Cómo había llegado más rápido que yo? ¿Cómo había entrado? y ¿Qué hacía allí? No era que no la quisiera en mi casa, simplemente quería tener un tarde tranquila, olvidarme de lo sucedido; pero parecía que el día de hoy iba a ser imposible.
- ¿Que haces aquí?, digo, no es que no te quiera aquí solo que es raro.
- Necesito hablar con alguien, sacar mis penas para liberarme. ¿Puedo contar contigo cierto?
- Si, claro que si.- Una amiga me necesitaba, pero yo también requería de un momento a solas... Pero era algo demasiado injusto si le decía que no.
Platicamos bastante rato, pero esta vez no sabía que decir, mi mente estaba hecha un embrollo, y las palabras no salían con facilidad. Simplemente: estaba echa un desastre.
Después de largas horas, de platicar, Luna se marchó a su casa. Aún estaba triste, pero caminó con la frente en alto.
Había lleguado la hora de arreglar cuentas conmigo misma. ¿Que había pasado?, Mis sentimientos habían quedado enterrados desde hacía ya unos cuantos meses, pense que no renacerían, pero ahí estaba yo, afligida por un momento que nunca sucedió entre Rodrigo y yo. No sabía que pensar de mí, la chica fuerte delante de los demás, ahora estaba derrumbandose sola, y sin nadie que la comprendiera. Tal vez alguien lo hacía, pero yo igual me sentía sola.
No me sentía lo suficientemente valiente como para contarle a Katherine, ya que me diría que debía olvidarlo. Eso lo sabía perfectamente, pero no podía hacerlo. Para mi era una misión imposible.
Mis padres llegaron y yo arreglémi cara; puse una grande y falsa sonrisa y todo acurrió como con normalidad lo hacía...
- ¿Qué pasó? - Preguntó el profe de Matemáticas que aún estaba en el salón.
- Nada, lo siento. - Dijo Luna tratando de calmar sus sollozos.
Salió des salón y corrí hacia ella, seguida de Diana y Cassandra.
-¿Qué pasó? - Preguntamos las tres al unísono.
- Es que extrañaré esos dulces labios de los cuales me despedía cada día a la salida...
- Luna... - Me quedé en shock. Yo nunca había llegado a besar a Ricardo, bueno; tal vez solo una vez pero no había sido suficiente como para volverse un buen recuerdo.- no te atormentes más, ya pasó...
Seguimos platicando con ella y pronto cambiamos de tema para que lo olvidara. Tuve que irme a mi casa solo, ya que habían pasado por Katherine. Por el camino estuve pensando en lo sucedido al final de las clases; no era posible que me hubiera sentido triste por eso, no tenía que haber pasado. Mi mente caviló esto durante un rato, pero no pudo llegar a un veredicto.
Al llegar a casa, grande fue mi sorpresa cuando me encontré a Luna Sentada en mi sillón. ¿Cómo había llegado más rápido que yo? ¿Cómo había entrado? y ¿Qué hacía allí? No era que no la quisiera en mi casa, simplemente quería tener un tarde tranquila, olvidarme de lo sucedido; pero parecía que el día de hoy iba a ser imposible.
- ¿Que haces aquí?, digo, no es que no te quiera aquí solo que es raro.
- Necesito hablar con alguien, sacar mis penas para liberarme. ¿Puedo contar contigo cierto?
- Si, claro que si.- Una amiga me necesitaba, pero yo también requería de un momento a solas... Pero era algo demasiado injusto si le decía que no.
Platicamos bastante rato, pero esta vez no sabía que decir, mi mente estaba hecha un embrollo, y las palabras no salían con facilidad. Simplemente: estaba echa un desastre.
Después de largas horas, de platicar, Luna se marchó a su casa. Aún estaba triste, pero caminó con la frente en alto.
Había lleguado la hora de arreglar cuentas conmigo misma. ¿Que había pasado?, Mis sentimientos habían quedado enterrados desde hacía ya unos cuantos meses, pense que no renacerían, pero ahí estaba yo, afligida por un momento que nunca sucedió entre Rodrigo y yo. No sabía que pensar de mí, la chica fuerte delante de los demás, ahora estaba derrumbandose sola, y sin nadie que la comprendiera. Tal vez alguien lo hacía, pero yo igual me sentía sola.
No me sentía lo suficientemente valiente como para contarle a Katherine, ya que me diría que debía olvidarlo. Eso lo sabía perfectamente, pero no podía hacerlo. Para mi era una misión imposible.
Mis padres llegaron y yo arreglémi cara; puse una grande y falsa sonrisa y todo acurrió como con normalidad lo hacía...
jueves, 19 de mayo de 2011
13: Luna
Llegué a mi salón y todo estaba en calma, ultimamente había sido de este modo, nadie decía ni pio; había sido demasiado aburrido, así que me dispuse a seguir leyendo el libro que había pedido prestado en la biblioteca.
El libro no era nada aburrido, debo admitir, pero prontó lo dejé ya que había llegado Luna llornado y con David corriendo tras ella.
- ¿Qué pasa Luna? ¿Que tienes?- dije preocupada, esto olía a que habían peleado o algo por el estilo.
- Nada Is - Dijo intentando calmarse pero no lo logró y rompió a llorar de nuevo.
- Si que pasa algo Luna, ¿No me digas que estas llorando de gusto?- dije sarcásticamente, sabía que en esos momentos no ayudaba mucho, pero algo tenía que hacer para que me dijera que pasaba.
- Es que hay demasiada gente aquí...- dijo mirando a todos lados y dandose cuenta de que sin mucho esfuerzo ya había hecho un escándalo. Laa jalé hasta que llegamos al baño, y ella aún seguía llorando a moco tendido. No tenía idea de que hacer o que decir si no sabía el motivo, y por lo visto tardaría un rato en explicarme.
- Ahora si, ¿qué sucede?- dije.
- Es que...- hizo una pausa, como si no pudiera encontrar las palabras para decirlo. Ya en ese momento, su llanto había sido apaciguado.- Davidi y yo peleamos, y...- se detuvo de nuvo.
- Y...- dije incitandola a continuar.
- Cortamos...- y volvieron las lágrimas a su rostro.
- Ya Luna, no pasa nada... - En realidad no sabía que decir. Cuando a mi me había cortado Ricardo yo había llorado sola y en silencio sobre mi cama; había soportado el dolor hasta llegar a mi casa, no me gustaba llorar enfrente de nadie. Pero Luna había sido más frágil esta vez, había dejado entrar a David por completo en su corazón, ella se había entregado, pero el no le había correspondido totalmente.- Te aseguro que se arrepentirá...
- No Is, esto es definitivo; él mismo lo dijo. - dijo destrozada. Yo qería demasiado a Luna, y no soportaba verla así. Lo único que supe y pude hacer fue darle un abrazo. No tenía otra manera de mostrar me solidaridad con ella, que yo la apoyaría como lo haría cualquier amiga, o mejor aún: una hermana.
La convencí de que regresaramos al salón pues ya casi comenzaba la clase. También le dije que por ningún motivo volteara a ver a David pues lloraría de nuevo. Ella aceptó y caminamos lentamente hacia nuestro salón.
Las clases transcurriron sin mucho sobresalto. Al llegar el recreo, fui a hablar muy seriamente con David.
- ¿Qué te crees? - le dije mientras lo volteaba para que me mirara.
- ¡Uuuy! Que agresiva - Dijo en su tono burlón de siempre. Tal vez a veces fuera gracioso pero el día de hoy no.
- Serás muy mi amigo David, pero mínimo le debes una disculpa a Luna - dije casi gritando.
- Pues lo siento pero no - dijo y se fue corriendo con Matías que ya lo esperaba cerca del jardín.
Regresé con Luna y me dí cuenta de que estaba con Katherine, después de el problema de Luna, me había olvidado de pensar en si me iba a disculpar o no con Kath, así que preferí no decir nada y pasarla lo más normal, bueno, dentro de lo posible después de lo sucedido...
El libro no era nada aburrido, debo admitir, pero prontó lo dejé ya que había llegado Luna llornado y con David corriendo tras ella.
- ¿Qué pasa Luna? ¿Que tienes?- dije preocupada, esto olía a que habían peleado o algo por el estilo.
- Nada Is - Dijo intentando calmarse pero no lo logró y rompió a llorar de nuevo.
- Si que pasa algo Luna, ¿No me digas que estas llorando de gusto?- dije sarcásticamente, sabía que en esos momentos no ayudaba mucho, pero algo tenía que hacer para que me dijera que pasaba.
- Es que hay demasiada gente aquí...- dijo mirando a todos lados y dandose cuenta de que sin mucho esfuerzo ya había hecho un escándalo. Laa jalé hasta que llegamos al baño, y ella aún seguía llorando a moco tendido. No tenía idea de que hacer o que decir si no sabía el motivo, y por lo visto tardaría un rato en explicarme.
- Ahora si, ¿qué sucede?- dije.
- Es que...- hizo una pausa, como si no pudiera encontrar las palabras para decirlo. Ya en ese momento, su llanto había sido apaciguado.- Davidi y yo peleamos, y...- se detuvo de nuvo.
- Y...- dije incitandola a continuar.
- Cortamos...- y volvieron las lágrimas a su rostro.
- Ya Luna, no pasa nada... - En realidad no sabía que decir. Cuando a mi me había cortado Ricardo yo había llorado sola y en silencio sobre mi cama; había soportado el dolor hasta llegar a mi casa, no me gustaba llorar enfrente de nadie. Pero Luna había sido más frágil esta vez, había dejado entrar a David por completo en su corazón, ella se había entregado, pero el no le había correspondido totalmente.- Te aseguro que se arrepentirá...
- No Is, esto es definitivo; él mismo lo dijo. - dijo destrozada. Yo qería demasiado a Luna, y no soportaba verla así. Lo único que supe y pude hacer fue darle un abrazo. No tenía otra manera de mostrar me solidaridad con ella, que yo la apoyaría como lo haría cualquier amiga, o mejor aún: una hermana.
La convencí de que regresaramos al salón pues ya casi comenzaba la clase. También le dije que por ningún motivo volteara a ver a David pues lloraría de nuevo. Ella aceptó y caminamos lentamente hacia nuestro salón.
Las clases transcurriron sin mucho sobresalto. Al llegar el recreo, fui a hablar muy seriamente con David.
- ¿Qué te crees? - le dije mientras lo volteaba para que me mirara.
- ¡Uuuy! Que agresiva - Dijo en su tono burlón de siempre. Tal vez a veces fuera gracioso pero el día de hoy no.
- Serás muy mi amigo David, pero mínimo le debes una disculpa a Luna - dije casi gritando.
- Pues lo siento pero no - dijo y se fue corriendo con Matías que ya lo esperaba cerca del jardín.
Regresé con Luna y me dí cuenta de que estaba con Katherine, después de el problema de Luna, me había olvidado de pensar en si me iba a disculpar o no con Kath, así que preferí no decir nada y pasarla lo más normal, bueno, dentro de lo posible después de lo sucedido...
domingo, 1 de mayo de 2011
12: Ensoñación
Seguía yo escuchando música y pensando en Adam.
De pronto comenzó una canción que trajo a mi mente recuerdos no muy agradables; la canción era "Coleccionista de Canciones" de Camila. Esa canción me la había dedicado Ricardo cuando comenzamos a salir; digo yo por mi ya conocida pasión por la música. La salté, pues en esos momentos, lo último que quería era recordar a Ricardo. Me había costado mucho trabajo olvidarlo y por fin lo había logrado.
Apagué el iPod. No tenía nada en mente más que a él.
Sus ojos...
Su cabello...
Su sonrisa...
Lo más impactante eran sus ojos, tan profundos que parecía poder nadar en ellos. Un color chocolate, y con una mirada tan dulce como el color. Simplemente me enamoraban.
*Ring* *Ring*
Sonó el teléfono sacándome de mi ensoñación; tan solo era mi padre preguntando como estaba Beth y quien la había llevado. Al preguntar esto solo logre decir "Adam" y no di ninguna otra explicación.
Volví a pensar en él; pero esta vez, caí rendida por el sueño... Y mi mente viajo a un mundo maravilloso
A la mañana siguiente estaba muy feliz; tanto, que no paraba de brincotear para todos lados. Al baño, fui brincando
A la cocina, fui brincando
A mi cuarto, fui brincando
Y casi me iba brincando a la escuela, pero mis padres se habían cansado de verme así que me llevaron en coche.
Cuando llegué ví a Kath y a Luna, pero luna estaba acompañada de Davir,por lo que solo los saludé y le conté a Kath lo que había sucedido el día anterior. Después de haber terminado de habar dijo:
- Mmm... que bien... - y volteó a otro lado. Giré la cabeza hacia donde estaba viendo ella y encontré la razón de su distracción. Era Kevin, el chico que le gusta. Se había quedado viéndolo hasta que llegó su novia. Ahí desapareció el encanto y caminó, o bueno, casi corrió hasta su salón.
Me había portado demasiado egoista contandole lo que había sucedido, sabiendo que unos días antes, se había enterado de que Kevin tenía novia. Aunque, ella tambien había estado mal en no escucharme sabiendo que esto era importante para mi...
No sabía si disculparme o no pero, hiciera lo que hiciera. Lo pensaría más tarde....
De pronto comenzó una canción que trajo a mi mente recuerdos no muy agradables; la canción era "Coleccionista de Canciones" de Camila. Esa canción me la había dedicado Ricardo cuando comenzamos a salir; digo yo por mi ya conocida pasión por la música. La salté, pues en esos momentos, lo último que quería era recordar a Ricardo. Me había costado mucho trabajo olvidarlo y por fin lo había logrado.
Apagué el iPod. No tenía nada en mente más que a él.
Sus ojos...
Su cabello...
Su sonrisa...
Lo más impactante eran sus ojos, tan profundos que parecía poder nadar en ellos. Un color chocolate, y con una mirada tan dulce como el color. Simplemente me enamoraban.
*Ring* *Ring*
Sonó el teléfono sacándome de mi ensoñación; tan solo era mi padre preguntando como estaba Beth y quien la había llevado. Al preguntar esto solo logre decir "Adam" y no di ninguna otra explicación.
Volví a pensar en él; pero esta vez, caí rendida por el sueño... Y mi mente viajo a un mundo maravilloso
A la mañana siguiente estaba muy feliz; tanto, que no paraba de brincotear para todos lados. Al baño, fui brincando
A la cocina, fui brincando
A mi cuarto, fui brincando
Y casi me iba brincando a la escuela, pero mis padres se habían cansado de verme así que me llevaron en coche.
Cuando llegué ví a Kath y a Luna, pero luna estaba acompañada de Davir,por lo que solo los saludé y le conté a Kath lo que había sucedido el día anterior. Después de haber terminado de habar dijo:
- Mmm... que bien... - y volteó a otro lado. Giré la cabeza hacia donde estaba viendo ella y encontré la razón de su distracción. Era Kevin, el chico que le gusta. Se había quedado viéndolo hasta que llegó su novia. Ahí desapareció el encanto y caminó, o bueno, casi corrió hasta su salón.
Me había portado demasiado egoista contandole lo que había sucedido, sabiendo que unos días antes, se había enterado de que Kevin tenía novia. Aunque, ella tambien había estado mal en no escucharme sabiendo que esto era importante para mi...
No sabía si disculparme o no pero, hiciera lo que hiciera. Lo pensaría más tarde....
sábado, 30 de abril de 2011
11: Sin palabras...
Me quedé pasmada, justo a él le habían dicho que llevara a mi hermana a casa. No sabía que decir por lo que solté:
-Hola- dije aún sin poder creerlo
-Emm... Hola Isabella, vine a traer a tu hermana... - dijo
- ¡Adam se ofreció cuando dijeron que necesitaban a alguien que me trajera! - dijo Beth, provocando que Adam comenzara a sonrojarse; se veía tan lindo con las mejillas rosas.
- No es cierto Beth... - dijo preocupado.
-Si! si lo es... - dijo juguetona mi hermana y salió corriendo hacia su cuarto dejándonos solos.
Ninguno de los dos sabía que decir ni que hacer, lo que si se es que yo lo mire. Era, por decirlo de alguna manera, lindo. Para empezar, era delgado, de cabello negro azabache y sus ojos, un color chocolate que irradiaban ternura. Simplemente hermoso.
Nuestra mirada se encontró unos instantes, y luego ambos apartamos la vista; parecía que habían pasado horas, pero no llevábamos ni un minuto.
Por fin se armó de valor y dijo:
-Isabella, creo que me tengo que ir, creo que me deben estar esperando en mi casa.-
- Esta bien, pero dime Is, Isabella suena bastante fuerte... - dije con sinceridad
- Ok Is, nos vemos luego...
- De acuerdo.- dije y después se fue. No resistí a mirarle mientras se iba y me prometí a mi misma algo: La próxima vez que lo viera, intentaría sacarle plática.
Después de verlo alejarse cerré la puerta y me tumbé en el sillón. No sabía que cara debía tener; pero a mi me parecía que era de tonta. Si, de tonta; pues tenía una enorme sonrisa en mi rostro y estaba de muy buen humor.
Llegó mi hermana interrumpiendo mis cavilaciones y me dijo:
- ¿Te gusta verdad? - No lo podía creer, ¿en verdad era tan obvia? Cuando se trataba de esconder el enojo o la tristeza, era fácil para mi, pero ¿lo habría hecho con ese sentimiento tan fuerte como lo es el amor?
- No, como crees Beth... - dije intentando salvar mi pescuezo; si le decía que si, les diria a mis padres y en verdad, era lo último que quería...
- Es que yo... pensé que si...
- Lo siento Beth pero no - dije cortante; era la única manera en que la mantendría a raya.
- Ahhh! Yo quería que mi hermanita tuviera novio... - Con eso me quedé impresionada; era cierto que a veces le platicaba que había visto a un chico guapo en la plaza, o algo por el estilo. Pero nunca había imaginado que lo comprendiera tan bien. Bueno, al fin y alcabo era mi hermana.
La convencí no sin mucho esfuerzo de que hiciera su tarea; siemprele ha costado trabajo consentrarse en una solo cosa ya que se distrae muy amenudo. Así que por lo mismo tomé mi iPod y comencé a escuchar música.
Acorde a lo que habia sucedido, como siempre pasaba, se reproducian canciones románticas que por mucho tiempo había evitado.
Era oficial, me había enamorado, pero no estab muy segura de lo que tenía que hacer. Hasta hacía un tiempo tenía miedo de que llegara el amor; habían sido los mismos síntomas cuando me había enamorado de Ricardo, pero ahora era más fuerte y más madura... De algo tendrí que ayudar ¿O no?
-Hola- dije aún sin poder creerlo
-Emm... Hola Isabella, vine a traer a tu hermana... - dijo
- ¡Adam se ofreció cuando dijeron que necesitaban a alguien que me trajera! - dijo Beth, provocando que Adam comenzara a sonrojarse; se veía tan lindo con las mejillas rosas.
- No es cierto Beth... - dijo preocupado.
-Si! si lo es... - dijo juguetona mi hermana y salió corriendo hacia su cuarto dejándonos solos.
Ninguno de los dos sabía que decir ni que hacer, lo que si se es que yo lo mire. Era, por decirlo de alguna manera, lindo. Para empezar, era delgado, de cabello negro azabache y sus ojos, un color chocolate que irradiaban ternura. Simplemente hermoso.
Nuestra mirada se encontró unos instantes, y luego ambos apartamos la vista; parecía que habían pasado horas, pero no llevábamos ni un minuto.
Por fin se armó de valor y dijo:
-Isabella, creo que me tengo que ir, creo que me deben estar esperando en mi casa.-
- Esta bien, pero dime Is, Isabella suena bastante fuerte... - dije con sinceridad
- Ok Is, nos vemos luego...
- De acuerdo.- dije y después se fue. No resistí a mirarle mientras se iba y me prometí a mi misma algo: La próxima vez que lo viera, intentaría sacarle plática.
Después de verlo alejarse cerré la puerta y me tumbé en el sillón. No sabía que cara debía tener; pero a mi me parecía que era de tonta. Si, de tonta; pues tenía una enorme sonrisa en mi rostro y estaba de muy buen humor.
Llegó mi hermana interrumpiendo mis cavilaciones y me dijo:
- ¿Te gusta verdad? - No lo podía creer, ¿en verdad era tan obvia? Cuando se trataba de esconder el enojo o la tristeza, era fácil para mi, pero ¿lo habría hecho con ese sentimiento tan fuerte como lo es el amor?
- No, como crees Beth... - dije intentando salvar mi pescuezo; si le decía que si, les diria a mis padres y en verdad, era lo último que quería...
- Es que yo... pensé que si...
- Lo siento Beth pero no - dije cortante; era la única manera en que la mantendría a raya.
- Ahhh! Yo quería que mi hermanita tuviera novio... - Con eso me quedé impresionada; era cierto que a veces le platicaba que había visto a un chico guapo en la plaza, o algo por el estilo. Pero nunca había imaginado que lo comprendiera tan bien. Bueno, al fin y alcabo era mi hermana.
La convencí no sin mucho esfuerzo de que hiciera su tarea; siemprele ha costado trabajo consentrarse en una solo cosa ya que se distrae muy amenudo. Así que por lo mismo tomé mi iPod y comencé a escuchar música.
Acorde a lo que habia sucedido, como siempre pasaba, se reproducian canciones románticas que por mucho tiempo había evitado.
Era oficial, me había enamorado, pero no estab muy segura de lo que tenía que hacer. Hasta hacía un tiempo tenía miedo de que llegara el amor; habían sido los mismos síntomas cuando me había enamorado de Ricardo, pero ahora era más fuerte y más madura... De algo tendrí que ayudar ¿O no?
domingo, 17 de abril de 2011
10: Día del castigo
A la mañana siguiente, desperté de mal humor. No vería a Adam aquella tarde, y muy probablemente me metería en problemas de nuevo, pero era para ayudar a mi mejor amiga. Fui a la cocina, me serví cereal y desayuné a toda prisa antes de que despertará mi mamá; no tenía ganas si quiera de verla.
Le dejé una nota a mi familia para que no se preocupara:
*Desperté antes, ya me fui. Adiós*
Salí en dirección a la escuela, ahora no llevaba prisa así que caminaba lentamente con mi imaginación volando. Pensaba en lo que podría ser mi futuro; me imaginaba a mi misma con dos lindos niños corriendo en un parque, con un hombre a mi lado. Por extraño que paresca nunca le había visto la cara a aquel hombre, ni si quiera aún cuando había sido novia de Ricardo; aún era un misterio quie se convertiría en es apuesto hombre, más el tiempo lo dirá. Seguí pensando en eso y pronto me encontré en la escuela.
No habí mucha gente aún, así que fui a mi lugar favorito, la biblioteca. En este lugar mágico podía yo perderme durante horas, facinada con la imaginación de todos esos fantásticos escritores, y yo desceaba ser uno de ellos algún día. Desde los libros más antiguos como la Ilíada y la Odisea, pasando por Don Quijote de la Mancha, hasta llegar a los contemporáneos como crepúsculo. Todos ellos me parecian fasinantes, ya que cada autor se expresa de manera distinta,tomando en cuenta sus creencias, sus experiencias, el público al que va dirigido y por sobretodo su imaginación. Entre aquel mar de libros me encontré uno que me pareció interesante, éste se llamaba "Estudio en Escarlata" de Arthur Conan Doyle. Comencé a hojearlo y elolor me transportó a otra época, en la antigua londres.Pasé alrededor de 15 minutos leyendo un poco y decidí pedirlo prestado.
Después de salir de la biblioteca fui a mi salón a esperar que llegara alguien. Me senté en mi silla y esperé... No supe cuanto tiempo estuve ahí sentada, pero pronto llegaron varios amigos, y con ellos Luna, Emma, Victoria y Erika. Las ultimas tres son las niñas de mami, siempre buscan una manera de presumir, aún con lo más insignifcante del mundo. A pesar de eso, eran amigas de Luna, y de vez en cuando las tenía que soportar.
Sin hacerles demasiado caso saludé a Luna y le enseñé el libro que había pedido prestado en la bibloteca. Sin que nadie las llamara comenzaron a decir:
- ¡Que aburrido leer!- dijo Victoria, la "líder"
- No es cierto - dijimos convencidas Luna y yo.
- Hay, pues digan lo que quieran, es aburrido.- dijo Erika como siempre dandole la razón a Victoria.
- Si lo que digan...- dije mandandolas por un tubo y llendo a saludar a Rachel que ya había llegado.
-¿Hoy no me vas a bendecir rachel?- dije con una sonrisa; después de lo de ayer era mejor preguntar.
- Emmm...- dijo dandole un aire "misterioso" según ella. - No lo se, tal vez si,tal vez no. - Y terminó con una sonrisa
- Esta bien, me cuidaré de tí- dije y reí. Era más divertido estar con ella y Diana que con las chiquiadas...
Poco después llegó la maestra e hizo que nos callaramos, una tarea bastante difícil. Seguimos con elproyecto que habíamos dejado comenzado. En mi equipo estaban Diana, Rachel, Camila y Margarett. Erámos un perfecto desastre;por un lado Rachel y Camila gritándose una a la otra, yo tratando de convencer a todas de que comenzaramos, Margaret y Diana riendose; en fin, como ya dije, un perfecto desastre. Después de insistir mucho rato por fin comenzamos a trabajar; debo aclarar que, cuando nos ponemos a trabajar, tenemos unas brillantes ideas y qeu siempre el proyecto sale bien.
Las clases pasaron de prisa y por fin salimos al recreo. Fui a con Katherine que tenía un rostro normal, pero yo sabía que por dentro estaba aunque sea un poco triste.
- ¿Cómo estás? - le dije en tono jovial, no iba a hacerla sentir peor
-Pues...¿tu sabes no..?- dijo con un tono nada cmún en ella
- No te pongas triste, no vale la pena- dije tratando de reanimarla
- Es que el SI vale la pena...
- Si, tal vez si, pero no es para ponerse triste ¿Sale?
-Esta bien, volveré a ser la chica más feliz del mundo; como siempre- Me cerró un ojo y comenzamos a platicar de otras cosas.
Entonces no tendría caso arriesgarme a ir a su casa saliendo de la escuela, no estaba totalemente arreglado, pero ahora me daba cuenta de que no se sentía tan mal; simplemente desepcionada. Se terminó el recreo y tuvimos que regresar a nuestros salones.
Tres horas más y no tendría nada que hacer; y lo peor era qu eni si quiera podría ir a la clase de Taekwondo por el castigo que me habían puesto. En serio odio los castigos, ¿no pueden simplemente regañarte y listo? ¿por que te tienen que prohibir hacer ciertas cosas? No lo se, solo sabía que no vería a Adam.
Se terminaron las clases sin que Rachel bautizara a nadie, pero jurando vengarse para el día siguiente. Salí de la escuela acompañada de Luna y de Victoria, una compañia no muy agradable, aunque agradecí mucho a Dios en no haberle soltado alguna palabra fea, pues todo lo que venía criticando durante el camino, eran cosas que a mi me gustaban; que si los hombres se vestían con camisa de vestir y pantalón de mezclilla no le gustaba, cosa que a mi si, y cosas por el estilo. Solo seguía caminando y calmando mis humos.
Llegué sin soltar una sola majadería a mi casa, y como yo presentía no estaba mi mamá; me quité el uniforme y decidí salir de nuevo al columpio, pero ahora sin prepararme ningún postre.
Fui a pasearme en el columpio cuando de pronto apareció junto a mi un pequeño montruo, bueno no, mi hermana. Hizo que me quitara del columpio para que la paseara a ella. Comencé a darle cada vez más fuerte hasta que me suplicó que parara. Entre muchas risas lo detuve y fuimos dentro a la casa.
Estuvimos viendo la tele y comiendo palomitas, esperando a que llegaran mis padres e hicieran de comer. No mucho después llegaron y comimos. Mi hermana se preparó para ir a la clase de Taekwondo, esta vez la llevó mi padre, pues yo no iría y no a dejaría ir sola.
- ¿Y cómo regresará?, ustedes regresarán a trabajar ¿o no?- dije
-Le diré a tu maestro que mande a alguien para que la acompañe.
- ¿Y confias en todos? - dije pues yo quería ir simplemente para ver a Adam.
- No, pero tu maestro sabrá en quien confiar. Y yo confio en él.- ¡Rayos! el chiste era no dejarme salir.
Esa hora se me hizo eterna, no duré ni si quiera 10 minutos viendo tele y ya me había aburrido. Después de un largo rato sonó el timbre y era precisamente Adam con mi hermana...
Le dejé una nota a mi familia para que no se preocupara:
*Desperté antes, ya me fui. Adiós*
Salí en dirección a la escuela, ahora no llevaba prisa así que caminaba lentamente con mi imaginación volando. Pensaba en lo que podría ser mi futuro; me imaginaba a mi misma con dos lindos niños corriendo en un parque, con un hombre a mi lado. Por extraño que paresca nunca le había visto la cara a aquel hombre, ni si quiera aún cuando había sido novia de Ricardo; aún era un misterio quie se convertiría en es apuesto hombre, más el tiempo lo dirá. Seguí pensando en eso y pronto me encontré en la escuela.
No habí mucha gente aún, así que fui a mi lugar favorito, la biblioteca. En este lugar mágico podía yo perderme durante horas, facinada con la imaginación de todos esos fantásticos escritores, y yo desceaba ser uno de ellos algún día. Desde los libros más antiguos como la Ilíada y la Odisea, pasando por Don Quijote de la Mancha, hasta llegar a los contemporáneos como crepúsculo. Todos ellos me parecian fasinantes, ya que cada autor se expresa de manera distinta,tomando en cuenta sus creencias, sus experiencias, el público al que va dirigido y por sobretodo su imaginación. Entre aquel mar de libros me encontré uno que me pareció interesante, éste se llamaba "Estudio en Escarlata" de Arthur Conan Doyle. Comencé a hojearlo y elolor me transportó a otra época, en la antigua londres.Pasé alrededor de 15 minutos leyendo un poco y decidí pedirlo prestado.
Después de salir de la biblioteca fui a mi salón a esperar que llegara alguien. Me senté en mi silla y esperé... No supe cuanto tiempo estuve ahí sentada, pero pronto llegaron varios amigos, y con ellos Luna, Emma, Victoria y Erika. Las ultimas tres son las niñas de mami, siempre buscan una manera de presumir, aún con lo más insignifcante del mundo. A pesar de eso, eran amigas de Luna, y de vez en cuando las tenía que soportar.
Sin hacerles demasiado caso saludé a Luna y le enseñé el libro que había pedido prestado en la bibloteca. Sin que nadie las llamara comenzaron a decir:
- ¡Que aburrido leer!- dijo Victoria, la "líder"
- No es cierto - dijimos convencidas Luna y yo.
- Hay, pues digan lo que quieran, es aburrido.- dijo Erika como siempre dandole la razón a Victoria.
- Si lo que digan...- dije mandandolas por un tubo y llendo a saludar a Rachel que ya había llegado.
-¿Hoy no me vas a bendecir rachel?- dije con una sonrisa; después de lo de ayer era mejor preguntar.
- Emmm...- dijo dandole un aire "misterioso" según ella. - No lo se, tal vez si,tal vez no. - Y terminó con una sonrisa
- Esta bien, me cuidaré de tí- dije y reí. Era más divertido estar con ella y Diana que con las chiquiadas...
Poco después llegó la maestra e hizo que nos callaramos, una tarea bastante difícil. Seguimos con elproyecto que habíamos dejado comenzado. En mi equipo estaban Diana, Rachel, Camila y Margarett. Erámos un perfecto desastre;por un lado Rachel y Camila gritándose una a la otra, yo tratando de convencer a todas de que comenzaramos, Margaret y Diana riendose; en fin, como ya dije, un perfecto desastre. Después de insistir mucho rato por fin comenzamos a trabajar; debo aclarar que, cuando nos ponemos a trabajar, tenemos unas brillantes ideas y qeu siempre el proyecto sale bien.
Las clases pasaron de prisa y por fin salimos al recreo. Fui a con Katherine que tenía un rostro normal, pero yo sabía que por dentro estaba aunque sea un poco triste.
- ¿Cómo estás? - le dije en tono jovial, no iba a hacerla sentir peor
-Pues...¿tu sabes no..?- dijo con un tono nada cmún en ella
- No te pongas triste, no vale la pena- dije tratando de reanimarla
- Es que el SI vale la pena...
- Si, tal vez si, pero no es para ponerse triste ¿Sale?
-Esta bien, volveré a ser la chica más feliz del mundo; como siempre- Me cerró un ojo y comenzamos a platicar de otras cosas.
Entonces no tendría caso arriesgarme a ir a su casa saliendo de la escuela, no estaba totalemente arreglado, pero ahora me daba cuenta de que no se sentía tan mal; simplemente desepcionada. Se terminó el recreo y tuvimos que regresar a nuestros salones.
Tres horas más y no tendría nada que hacer; y lo peor era qu eni si quiera podría ir a la clase de Taekwondo por el castigo que me habían puesto. En serio odio los castigos, ¿no pueden simplemente regañarte y listo? ¿por que te tienen que prohibir hacer ciertas cosas? No lo se, solo sabía que no vería a Adam.
Se terminaron las clases sin que Rachel bautizara a nadie, pero jurando vengarse para el día siguiente. Salí de la escuela acompañada de Luna y de Victoria, una compañia no muy agradable, aunque agradecí mucho a Dios en no haberle soltado alguna palabra fea, pues todo lo que venía criticando durante el camino, eran cosas que a mi me gustaban; que si los hombres se vestían con camisa de vestir y pantalón de mezclilla no le gustaba, cosa que a mi si, y cosas por el estilo. Solo seguía caminando y calmando mis humos.
Llegué sin soltar una sola majadería a mi casa, y como yo presentía no estaba mi mamá; me quité el uniforme y decidí salir de nuevo al columpio, pero ahora sin prepararme ningún postre.
Fui a pasearme en el columpio cuando de pronto apareció junto a mi un pequeño montruo, bueno no, mi hermana. Hizo que me quitara del columpio para que la paseara a ella. Comencé a darle cada vez más fuerte hasta que me suplicó que parara. Entre muchas risas lo detuve y fuimos dentro a la casa.
Estuvimos viendo la tele y comiendo palomitas, esperando a que llegaran mis padres e hicieran de comer. No mucho después llegaron y comimos. Mi hermana se preparó para ir a la clase de Taekwondo, esta vez la llevó mi padre, pues yo no iría y no a dejaría ir sola.
- ¿Y cómo regresará?, ustedes regresarán a trabajar ¿o no?- dije
-Le diré a tu maestro que mande a alguien para que la acompañe.
- ¿Y confias en todos? - dije pues yo quería ir simplemente para ver a Adam.
- No, pero tu maestro sabrá en quien confiar. Y yo confio en él.- ¡Rayos! el chiste era no dejarme salir.
Esa hora se me hizo eterna, no duré ni si quiera 10 minutos viendo tele y ya me había aburrido. Después de un largo rato sonó el timbre y era precisamente Adam con mi hermana...
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