Me quedé pasmada, justo a él le habían dicho que llevara a mi hermana a casa. No sabía que decir por lo que solté:
-Hola- dije aún sin poder creerlo
-Emm... Hola Isabella, vine a traer a tu hermana... - dijo
- ¡Adam se ofreció cuando dijeron que necesitaban a alguien que me trajera! - dijo Beth, provocando que Adam comenzara a sonrojarse; se veía tan lindo con las mejillas rosas.
- No es cierto Beth... - dijo preocupado.
-Si! si lo es... - dijo juguetona mi hermana y salió corriendo hacia su cuarto dejándonos solos.
Ninguno de los dos sabía que decir ni que hacer, lo que si se es que yo lo mire. Era, por decirlo de alguna manera, lindo. Para empezar, era delgado, de cabello negro azabache y sus ojos, un color chocolate que irradiaban ternura. Simplemente hermoso.
Nuestra mirada se encontró unos instantes, y luego ambos apartamos la vista; parecía que habían pasado horas, pero no llevábamos ni un minuto.
Por fin se armó de valor y dijo:
-Isabella, creo que me tengo que ir, creo que me deben estar esperando en mi casa.-
- Esta bien, pero dime Is, Isabella suena bastante fuerte... - dije con sinceridad
- Ok Is, nos vemos luego...
- De acuerdo.- dije y después se fue. No resistí a mirarle mientras se iba y me prometí a mi misma algo: La próxima vez que lo viera, intentaría sacarle plática.
Después de verlo alejarse cerré la puerta y me tumbé en el sillón. No sabía que cara debía tener; pero a mi me parecía que era de tonta. Si, de tonta; pues tenía una enorme sonrisa en mi rostro y estaba de muy buen humor.
Llegó mi hermana interrumpiendo mis cavilaciones y me dijo:
- ¿Te gusta verdad? - No lo podía creer, ¿en verdad era tan obvia? Cuando se trataba de esconder el enojo o la tristeza, era fácil para mi, pero ¿lo habría hecho con ese sentimiento tan fuerte como lo es el amor?
- No, como crees Beth... - dije intentando salvar mi pescuezo; si le decía que si, les diria a mis padres y en verdad, era lo último que quería...
- Es que yo... pensé que si...
- Lo siento Beth pero no - dije cortante; era la única manera en que la mantendría a raya.
- Ahhh! Yo quería que mi hermanita tuviera novio... - Con eso me quedé impresionada; era cierto que a veces le platicaba que había visto a un chico guapo en la plaza, o algo por el estilo. Pero nunca había imaginado que lo comprendiera tan bien. Bueno, al fin y alcabo era mi hermana.
La convencí no sin mucho esfuerzo de que hiciera su tarea; siemprele ha costado trabajo consentrarse en una solo cosa ya que se distrae muy amenudo. Así que por lo mismo tomé mi iPod y comencé a escuchar música.
Acorde a lo que habia sucedido, como siempre pasaba, se reproducian canciones románticas que por mucho tiempo había evitado.
Era oficial, me había enamorado, pero no estab muy segura de lo que tenía que hacer. Hasta hacía un tiempo tenía miedo de que llegara el amor; habían sido los mismos síntomas cuando me había enamorado de Ricardo, pero ahora era más fuerte y más madura... De algo tendrí que ayudar ¿O no?
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