Ese fin de semana pasó tan lento, que las horas me parecían enternas, además por si fuera poco varias amigas estaban fuera de la cuidad y no tenía nada que hacer más que ver televisión. Cada dos que tres canales había algú programa con temática amorosa, y eso me recordaba a Adam.
Llegó el lunes, y con él, mi oportinidad de verlo de nuevo. Durante las clases estuve tan impaciente por llegar a mi casa, que terminaba todos los trabajos lo más rápido posible, con la esperanza de que así las horas pasaran más rápido.
- ¿Qué pasa? - dijo Luna notando mi prisa durante el día.
- Es que el viernes esperaba con ansías poder ver a Adam, pero...
- ¿Que sucedió? - dijo procupada. Amo como toma lo que le cuento suempre en serio.
- Pues simplemente no fue, y espero que valla hoy...
- Hay Is... - dijo en tono de mamá. Ella era mi consejera, y en momentos yo de ella.
- Tengo miedo de ilusionarme, pero a la vez no lo puedo resistir...- dije sintiendome vulnerable. Nunca me había obsesionado de esa manera por alguien, pero yo sabía que ilusionarse no era bueno, ya que una vez me hizo pasar malos ratos.
- No te preocupes Is, y deja que venga lo que tenga que venir.
- De acuerdo. - dije y continuamos hablando de cosa triviales.
Las clases siguieron lentas, peor cuando por fin llegó la hora de salir de mi casa y camir hacia la clase de taekwondo, me entró el miedo, miedo a fracasar, a no ser aceptada. Aún así continue caminando.
Al llegar estuve un rato esperando; llegó Jessica, y todo mundo... Menos él.
Después de aquello mis animos estuvieron por los suelos, no quería si quiera ir de nuevo al Taekwondo... era frustrante esperar a que por fin fuera y que no apareciera.
Pasaron días.....
semanas.....
Meses.....
Y Adam no aparecía, ahora tampoco me lo encontraba ocasionalmente en la calle. Era como si hubiera desaparecido, como si se hubiera esfumado entre la bruma...
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