sábado, 30 de abril de 2011

11: Sin palabras...

Me quedé pasmada, justo a él le habían dicho que llevara a mi hermana a casa. No sabía que decir por lo que solté:

-Hola- dije aún sin poder creerlo
-Emm... Hola Isabella, vine a traer a tu hermana... - dijo
- ¡Adam se ofreció cuando dijeron que necesitaban a alguien que me trajera! - dijo Beth, provocando que Adam comenzara a sonrojarse; se veía tan lindo con las mejillas rosas.
- No es cierto Beth... - dijo preocupado.
-Si! si lo es... - dijo juguetona mi hermana y salió corriendo hacia su cuarto dejándonos solos.

Ninguno de los dos sabía que decir ni que hacer, lo que si se es que yo lo mire. Era, por decirlo de alguna manera, lindo. Para empezar, era delgado, de cabello negro azabache y sus ojos, un color chocolate que irradiaban ternura. Simplemente hermoso.
Nuestra mirada se encontró unos instantes, y luego ambos apartamos la vista; parecía que habían pasado horas, pero no llevábamos ni un minuto.
Por fin se armó de valor y dijo:

-Isabella, creo que me tengo que ir, creo que me deben estar esperando en mi casa.-
- Esta bien, pero dime Is, Isabella suena bastante fuerte... - dije con sinceridad
- Ok Is, nos vemos luego...
- De acuerdo.- dije y después se fue. No resistí a mirarle mientras se iba y me prometí a mi misma algo: La próxima vez que lo viera, intentaría sacarle plática.

Después de verlo alejarse cerré la puerta y me tumbé en el sillón. No sabía que cara debía tener; pero a mi me parecía que era de tonta. Si, de tonta; pues tenía una enorme sonrisa en mi rostro y estaba de muy buen humor.

Llegó mi hermana interrumpiendo mis cavilaciones y me dijo:

- ¿Te gusta verdad? - No lo podía creer, ¿en verdad era tan obvia? Cuando se trataba de esconder el enojo o la tristeza, era fácil para mi, pero ¿lo habría hecho con ese sentimiento tan fuerte como lo es el amor?
- No, como crees Beth... - dije intentando salvar mi pescuezo; si le decía que si, les diria a mis padres y en verdad, era lo último que quería...
- Es que yo... pensé que si...
- Lo siento Beth pero no - dije cortante; era la única manera en que la mantendría a raya.
- Ahhh! Yo quería que mi hermanita tuviera novio... - Con eso me quedé impresionada; era cierto que a veces le platicaba que había visto a un chico guapo en la plaza, o algo por el estilo. Pero nunca había imaginado que lo comprendiera tan bien. Bueno, al fin y alcabo era mi hermana.

La convencí no sin mucho esfuerzo de que hiciera su tarea; siemprele ha costado trabajo consentrarse en una solo cosa ya que se distrae muy amenudo. Así que por lo mismo tomé mi iPod y comencé a escuchar música.
Acorde a lo que habia sucedido, como siempre pasaba, se reproducian canciones románticas que por mucho tiempo había evitado.
Era oficial, me había enamorado, pero no estab muy segura de lo que tenía que hacer. Hasta hacía un tiempo tenía miedo de que llegara el amor; habían sido los mismos síntomas cuando me había enamorado de Ricardo, pero ahora era más fuerte y más madura... De algo tendrí que ayudar ¿O no?

domingo, 17 de abril de 2011

10: Día del castigo

A la mañana siguiente, desperté de mal humor. No vería a Adam aquella tarde, y muy probablemente me metería en problemas de nuevo, pero era para ayudar a mi mejor amiga. Fui a la cocina, me serví cereal y desayuné a toda prisa antes de que despertará mi mamá; no tenía ganas si quiera de verla.
Le dejé una nota a mi familia para que no se preocupara:
*Desperté antes, ya me fui. Adiós*

Salí en dirección a la escuela, ahora no llevaba prisa así que caminaba lentamente con mi imaginación volando. Pensaba en lo que podría ser mi futuro; me imaginaba a mi misma con dos lindos niños corriendo en un parque, con un hombre a mi lado. Por extraño que paresca nunca le había visto la cara a aquel hombre, ni si quiera aún cuando había sido novia de Ricardo; aún era un misterio quie se convertiría en es apuesto hombre, más el tiempo lo dirá. Seguí pensando en eso y pronto me encontré en la escuela.

No habí mucha gente aún, así que fui a mi lugar favorito, la biblioteca. En este lugar mágico podía yo perderme durante horas, facinada con la imaginación de todos esos fantásticos escritores, y yo desceaba ser uno de ellos algún día. Desde los libros más antiguos como la Ilíada y la Odisea, pasando por Don Quijote de la Mancha, hasta llegar a los contemporáneos como crepúsculo. Todos ellos me parecian fasinantes, ya que cada autor se expresa de manera distinta,tomando en cuenta sus creencias, sus experiencias, el público al que va dirigido y por sobretodo su imaginación. Entre aquel mar de libros me encontré uno que me pareció interesante, éste se llamaba "Estudio en Escarlata" de Arthur Conan Doyle. Comencé a hojearlo y elolor me transportó a otra época, en la antigua londres.Pasé alrededor de 15 minutos leyendo un poco y decidí pedirlo prestado.

Después de salir de la biblioteca fui a mi salón a esperar que llegara alguien. Me senté en mi silla y esperé... No supe cuanto tiempo estuve ahí sentada, pero pronto llegaron varios amigos, y con ellos Luna, Emma, Victoria y Erika. Las ultimas tres son las niñas de mami, siempre buscan una manera de presumir, aún con lo más insignifcante del mundo. A pesar de eso, eran amigas de Luna, y de vez en cuando las tenía que soportar.
Sin hacerles demasiado caso saludé a Luna y le enseñé el libro que había pedido prestado en la bibloteca. Sin que nadie las llamara comenzaron a decir:
- ¡Que aburrido leer!- dijo Victoria, la "líder"
- No es cierto - dijimos convencidas Luna y yo.
- Hay, pues digan lo que quieran, es aburrido.- dijo Erika como siempre dandole la razón a Victoria.
- Si lo que digan...- dije mandandolas por un tubo y llendo a saludar a Rachel que ya había llegado.
-¿Hoy no me vas a bendecir rachel?- dije con una sonrisa; después de lo de ayer era mejor preguntar.
- Emmm...- dijo dandole un aire "misterioso" según ella. - No lo se, tal vez si,tal vez no. - Y terminó con una sonrisa
- Esta bien, me cuidaré de tí- dije y reí. Era más divertido estar con ella y Diana que con las chiquiadas...

Poco después llegó la maestra e hizo que nos callaramos, una tarea bastante difícil. Seguimos con elproyecto que habíamos dejado comenzado. En mi equipo estaban Diana, Rachel, Camila y Margarett. Erámos un perfecto desastre;por un lado Rachel y Camila gritándose una a la otra, yo tratando de convencer a todas de que comenzaramos, Margaret y Diana riendose; en fin, como ya dije, un perfecto desastre. Después de insistir mucho rato por fin comenzamos a trabajar; debo aclarar que, cuando nos ponemos a trabajar, tenemos unas brillantes ideas y qeu siempre el proyecto sale bien.

Las clases pasaron de prisa y por fin salimos al recreo. Fui a con Katherine que tenía un rostro normal, pero yo sabía que por dentro estaba aunque sea un poco triste.
- ¿Cómo estás? - le dije en tono jovial, no iba a hacerla sentir peor
-Pues...¿tu sabes no..?- dijo con un tono nada cmún en ella
- No te pongas triste, no vale la pena- dije tratando de reanimarla
- Es que el SI vale la pena...
- Si, tal vez si, pero no es para ponerse triste ¿Sale?
-Esta bien, volveré a ser la chica más feliz del mundo; como siempre- Me cerró un ojo y comenzamos a platicar de otras cosas.
Entonces no tendría caso arriesgarme a ir a su casa saliendo de la escuela, no estaba totalemente arreglado, pero ahora me daba cuenta de que no se sentía tan mal; simplemente desepcionada. Se terminó el recreo y tuvimos que regresar a nuestros salones.
Tres horas más y no tendría nada que hacer; y lo peor era qu eni si quiera podría ir a la clase de Taekwondo por el castigo que me habían puesto. En serio odio los castigos, ¿no pueden simplemente regañarte y listo? ¿por que te tienen que prohibir hacer ciertas cosas? No lo se, solo sabía que no vería a Adam.

Se terminaron las clases sin que Rachel bautizara a nadie, pero jurando vengarse para el día siguiente. Salí de la escuela acompañada de Luna y de Victoria, una compañia no muy agradable, aunque agradecí mucho a Dios en no haberle soltado alguna palabra fea, pues todo lo que venía criticando durante el camino, eran cosas que a mi me gustaban; que si los hombres se vestían con camisa de vestir y pantalón de mezclilla no le gustaba, cosa que a mi si, y cosas por el estilo. Solo seguía caminando y calmando mis humos.
Llegué sin soltar una sola majadería a mi casa, y como yo presentía no estaba mi mamá; me quité el uniforme y decidí salir de nuevo al columpio, pero ahora sin prepararme ningún postre.
Fui a pasearme en el columpio cuando de pronto apareció junto a mi un pequeño montruo, bueno no, mi hermana. Hizo que me quitara del columpio para que la paseara a ella. Comencé a darle cada vez más fuerte hasta que me suplicó que parara. Entre muchas risas lo detuve y fuimos dentro a la casa.
Estuvimos viendo la tele y comiendo palomitas, esperando a que llegaran mis padres e hicieran de comer. No mucho después llegaron y comimos. Mi hermana se preparó para ir a la clase de Taekwondo, esta vez la llevó mi padre, pues yo no iría y no a dejaría ir sola.
- ¿Y cómo regresará?, ustedes regresarán a trabajar ¿o no?- dije
-Le diré a tu maestro que mande a alguien para que la acompañe.
- ¿Y confias en todos? - dije pues yo quería ir simplemente para ver a Adam.
- No, pero tu maestro sabrá en quien confiar. Y yo confio en él.- ¡Rayos! el chiste era no dejarme salir.

Esa hora se me hizo eterna, no duré ni si quiera 10 minutos viendo tele y ya me había aburrido. Después de un largo rato sonó el timbre y era precisamente Adam con mi hermana...

sábado, 16 de abril de 2011

9: Pequeño inconveniente

Isabella!
Is!

Ahhh!¿Quien estará haciendo tanto ruido?-dije para mi misma despertando
- Isabella, ¿como es posible que te quedes dormida en el columpio?- dijo mi mamá.
- Hay, lo siento...- dije aún con voz soñolienta
- Ven, vallamos a la casa- dijo y marchó hacia adentro.
Salí del columpio y volví a ver el cielo, ahora se veía un hermoso atardecer; siempre había sido atraída por el cielo, y los atardeceres eran un delirio para mi, bueno, lo eran más las estrellas, pero aún así este momento era precioso. El cielo se había teñido de distintos colores, amarillo, rojo, rosa y morado; todos formando una bellísima combinación de colores y creando un escenario mágico.
No desaproveché la oportunidad y fui por la cámara; no me vería yo, pues solo saldría mi silueta pero se vería fantástica.
Tomé la foto. Una foto simplemente perfecta.

Entré por fin a la casa y me encontré con mi mamá sentada en el sillón con la mirada en la nieve... ¡La nieve! la había dejado afuera y se había derretido; lo pero fue que se había escurrido y manchado el piso.

- ¿Qué significa esto?- dijo enojada.
-Lo siento mamá, no recordé guardarla, lo juro- dije desesperada
- No, tu nunca recuerdas nada ¿o si Isabella?
- Lo siento muchisimo mamá, en serio. Yo lo limpiare, no te preocupes
-Pero claro que tu lo limpiarás y además no saldrás a ningún lugar mañana
- ¿Si iré a la clase de taekwondo verdad?- dije como una última esperanza, para mi era un alivio ir y desestresarme, y aún más ver a Adam; pero y si no iba...
- No, lo siento Isabella, a ningún lugar es a NINGÚN LUGAR- dijo, se levantó y se fué.

¡Fantástico! Ahora el día de mañana tampoco tendré nada que hacer y todo por culpa del helado.
Me rendí, no tenía caso enojarme por algo que no tenía sentido, por lo que fuí por un trapeador y limpié el piso. Pronto mi madre regresó y preparó la cena; pero en todo el tiempo no me habló: yo había ensuciado su preciada cocina...

Después de haber cenado sin que me dirigiera una sola palabra, subí a mi cuarto y me encontré con que en mi celular había un mensaje de Katherine:

*¿Adivina que?, Kevin tiene novia =(*

Era un mensaje corto pero me puso triste, no por mi, pues para mi él era un chico más de la escuela; pero para Kath el era todo, había pasado medio año mirándolo por la ventana de nuestro salón y cuando entramos en la secundaria con el, ella estaba que no cabía en si de emoción. Ahora con esa noticia sabía que se sentiría triste, pero no sabía cuanto.

No tenía idea de que responder, a mi nunca me había llegado a interesar tanto un chico al grado de buscar todo de él; bueno, si, pero lo mio fue diferente; los dos nos queríamos y no fue difícil. En cambio ella estaba obsesionada.

Para empeorar las cosas, mi mamá me había prohibido salir al día siguiente y ya era muy noche. No sabía como podía ayudar a mi mejor amiga a superar eso... ¡si! el foco se prendió: Saliendo de la escuela me iría con ella y regresaría a mi casa antes de que llegara mi mamá... Era una buena idea, aunque un poco descabellada si tengo en cuenta de que nunca tiene un horario de llegada; confiaría en mis instintos.

Dormí sin contestar al mensaje de Kath, no tenía palabras para consolarla, o al menos no en ese momento.


8: La respuesta y más...

Después de prender el celular me preparé, dijera lo que dijera, no iba a cambiar mi manera de ver las cosas ni mucho menos mi estado de animo.
Comencé a leer
*Lo siento si te confundí Is, yo también lo estaba; pero tienes toda la razón como amigos quedamos... Pero aún así los amigos se quieren.*
¿Entonces me estaba diciendo que quedábamos como amigos pero que aún así me quería? La verdad no acababa de comprender, pero decidí dejarlo por la paz; no iba a terminar con esa amistad que me había ganado. Ese día no tenía nada que hacer, y se me ocurrió escuchar música; prendí mi Ipod y le puse en aleatorio, como si estuviera conectado a mi mente comenzó a escucharse la canción Hey! de Mitchel Musso:


Im counting the days since i began to live without you
Im covered in rain but it feels just like its the sun
And it dont get me down, don't come around
Youre better of leavin town
Im fine here alone now without you
Hey! im screamin' at you
Hey! don't care enough to write you a letter now that im doin' better alone
Hey! im screamin' at you
Hey! don't care enough to write you a letter now that im doin' better Better off without you

La canté completa a todo pulmón, era exactamente como me estaba sintiendo, no decepcionada, sino simplemente estas totalmente superado ese sentimiento.
Guardé el iPod pues estaba satisfecha con esa canción y fui a la sala para ver si había llegado alguien. Nada, la casa seguía sola.
Decidí prepararme un postre rápido: plátano, nieve, nueces y un poco de chocolate; serviría para pasar el rato... Salí al jardín acompañada de mi delicia y vi el columpio. Ese columpio era bastante viejo, había estado ahí desde que lo tenía alrededor de 2 años; no era un columpio de eses nuevos de plástico, o, estaba hecho de madera y atado al árbol con dos sogas bien fuertes. Decidí sentarme en aquel lugar a disfrutar de la vista.

Mi pensamiento viajo muy atrás en el tiempo, cuando la vida parecía más sencilla; cuando mis padres me ayudaban en las tareas, cuando todo el mundo era tu amigo, que si quería algo mis padres lo traían, cuando no había corazones rotos o sufriendo por amor; esa época tan linda llamada infancia, de la que muchos querían salir, pero yo quería regresar. Un mudo sin preocupaciones ni estrés, simplemente perfecto. Pero había un problema, era imposible regresar a el, simplemente vamos hacia adelante y no podría ir de regreso. En ese momento pare el columpio.
No se podía ir de regreso, pero se podía disfrutar la vida, darle la importancia que merece cada cosa, y no preocuparte. Seguí balanceandome. Ahora no pensaba absolutamente en nada, solo veía el cielo azul, mi color favorito. Pronto me quedé dormida apoyada en la cuerda de un lado del columpio.
Y mi imaginación voló al país de los sueños...

viernes, 15 de abril de 2011

7: Natalie, la amiga olvidada.

-Hola Natalie- dije cuando pasé a su lado y volteo. Me miró con una cara de desprecio; hacia tanto que no nos habíamos visto que ya había olvidado cuan fría podía llegar a ser su mirada. Sentí que estaba siendo examinada, criticada y examinada otra vez en tan solo un par de segundos.
-Hola, ¿y ese milagro que te dignas de hablarme?- dijo con una voz tan dura que pareció cortarme el corazón; habíamos sido amigas, por no decir las mejores amigas, seguido ella iba a mi casa o yo a la suya, hasta fuimos a ver High School musical 3 cuando se estrenó con mi mamá y mi hermano. Ahora, parecía que había pasado una eternidad desde que compartíamos tan bonitos momentos.
-¿Que te pasa?- dije en un tono jovial intentando calmarme a mi misma - Cada que te hablo por messenger ni si quiera un hola me dices.
-Eso es por que ni si quiera me llamaste una sola vez en todas las vacaciones, y nunca me preguntaste como había estado mi familia ni nada... - dijo en un tono fuerte pero la conocía lo bastante bien como para saber que detrás de ese máscara de dureza que tenía su cara, había una niña pequeña que quería llorar.
-Lo siento mucho Natalie, de verdad. No sabes lo difícil que ha sido sobrellevar el salto de la primaria a la secundaria sin tu alegría de siempre.
-¡Pero aún así no quisiste saber de mi!- dijo ya con un grito. -¡Si quise, lo juro!- dije con las lágrimas a punto de salir; había tocado la fibra más sensible, el decir que ella no me importaba
- Llamé muchas veces, pero decía que el teléfono no existía.
-Lo siento, me tengo que ir Isabella - Dijo mientras comenzaba a caminar; no iba a dejar las cosas así por lo que la tomé de la muñeca y le dije.
-¿Me disculpas? te prometo ir a visitarte pronto... - dije sinceramente
- Esta bien Is - dijo por fin feliz y me dio un abrazo
- ¿Cómo amigas de nuevo?
-Amigas- dijo y se fue.
No podía ser cierto, aquella persona que yo pensé que había cambiado, seguía siendo la misma niña con la que solía hacer pequeños pasteles en el hornito mágico.
Seguí caminando y pronto llegué a mi casa. Ya había resuelto que leería el mensaje; pero ahora, a unos cuantos pasos de mi celular me dio miedo.
Respiré profundo, caminé a mi cuarto y tomé el celular...

6:En la escuela

Después de despertar tarde, otra vez, y correr en dirección a la escuela me encontré con David y con Luna en la entrada.

-¿Que tal?- saludé a ambos con un beso en la mejilla. David había sido mi amigo desde hacía casi 6 años por lo que Luna no dijo nada; ella sabía que mis intenciones no eran malas... al fin y alcabo es mi hermanita. Ambos contestaron un "hola" al unísono y saludaron con la mano. En eso pasó por mi lado Kath, por lo que la jalé para que se pusiera a mi lado.
-¡Oyee!¿Que te crees?-dijo divertida mi mejor amiga.
-Hehe, lo siento... es que si no te jalaba ni me verías...-dije como si fuera lo más obvio
-Necesito lentes pero no estoy ciega
-Tu sabes a lo que me refiero- Y señalé con la vista a Kevin, el chico que le gusta
-Hay no es cierto...-dijo en un tono sarcástico
-Buena ya! Vamonos a clase! Sino llegaremos tarde...
-Ok ok!- dijo sonriente y se fue por otro camino para llegar a su salón.

Las primeras tres clases estuvieron aburridas, pero la diversión llegó cuando Rachel comenzó a "bautizar" a la gente con un poco de agua en una tapadera.
-Dejame!-gritó Diana mientras pasaba corriendo por el salón. Todoas las niñas de mami se nos quedaron viendo feo así que nos comenzamos a reír todavía más.Después de que a todas nos hubieron "bautizado" nos dimos cuenta de que el salón había quedado un poco mojado, pero estaban más mojados nuestros suéteres, por lo que con frio y todo tuvimos que estar solo con el chaleco. Fue la mejor pato-aventura que habíamos pasado desde que Se Emily se había marchado.

Me llegó un momento de depresión en el instante en que lo pensé pero siemplemente desapareció pues en eso momento me volvieron a mojar.
-¡Ops!- dije y pensé en el celular y lo que me habría contestado Ricardo. Me habían llegado las agallas y en cuanto llegara a mi casa lo leería; no sabía para que tendría que prepararme pues no tenía ni idea de que podía haber respondido. En fin, saqué ese pensamiento de mi mente y seguí divirtiendome con mis amigas...

Ya a la salida,estaba agotada. Tantas risas, empujones y unos cuantos gritos a cualquiera lo dejan así. Solo me despedí de todos y salí rumbo a mi casa. No venía nadie conmigo, pues aún era muy temprano lo que provocó que comenzara a pensar en lo que me habían dicho Jesssica, Marco y Santiago; ¿Que haría? Me daba tanta pena volverme a parar en aquel lugar por ese motivo,¿Cómo iba a lograr ver a Jessica a los ojos si me volvía a decir o preguntar lo mismo? Para mi, era una misión imposible.
Seguía yo en la nubes cuando vi a Natalie, una chica que había sido mi amiga durante la primaria, pero que también había sido novia de Ricardo, un terrible recuerdo que ya había olvidado hasta hacia unos días.Ella había entrado a otra secundaria, nos habíamos distanciado una de la otra pues ahora no era tan sencillo vermos, y yo insitía en que se le había subido un poco el ego. Me decidí a saludarla ¿Qué me puede pasar? me dije a mi misma. Estaba muy equivocada...