Un par de semanas ants de salir del colegio, Diana nos dijo que se mudaría de ciudad... a Tecuala, Nayarit para ser más precisos. Quedé impresionada; se había vuelto una magnífica amiga y prontó la perdería. ¿Se podía estar más sola aún...? La respuesta era sí, si se podía. Las últimas semanas pasaron rápidamente e incluso antes de terminar el ciclo, Diana partió hacie su nueva vida.
Se terminó el ciclo escolar, el más maravilloso de mi vida; había conocido a Luna mi hermanita, a Diana la exéntrica, a Charlotte la dulce, y había seguido con Rachel, Katherine y con muchos otros amigos. Sin duda alguna el mejor año. Pero, como siempre, tenía que terminar. Varios se cambiarían de escuela, como Rachel y David, otros más se fueron de la ciudad, como Emily y Diana. Así que nos quedaríamos pocos para el siguiente ciclo escolar y por mi mente pasaba un aburrido verano.
El día de entrega de calificaciones todo marchó normal: Yo, como siempre había mantenido mi excelencia, pero este vez no me sentía feliz. No sabía la razón correcta, pero simplemente no era de mi agrado el sobresalir como siempre.
Por fin llegaron las tan ansiadas vacaciones, pero no sabía que hacer. Después de dos días de aburrimiento, decidí llamar a mis amigas para salir al parque, les indiqué que podían invitar a quien ellas quisieran y así conocer gente nueva. También invité a algunos amigos del salón y les dije lo mismo que a las chicas; era plan con maña ¿o que?
Quedamos de vernos a las 5:00, el el parque que estaba cerca de la escuela. Alrededor de las 4:20 comencé a vestirme para la salida. No me arreglé demasiado; simplemente un pantalón de mezclilla, una linda blusa y unos tenis, intenté no maquillarme de más y salir muy natural. Iría a ver a mis amgos no a un desfile de modas...
Al llegar vi a Luna, a Katherine, Charlotte, Judith y a Valery una de las "niñas de mami" pero la que me caía mejor. Con ella estaban varias chicas a las había visto en la escuela y de las cuales sabía su nombre pero hasta ahí... Nos sentamos a platicar en una de las mesitas del parque, nos presentamos todas y comenzamos a bromear.
Un poco más tarde llegaron los chicos, David, Ernesto, Antonio y varios más a los que no conocía. Entre ellos estaba un chico al que había visto, además de en la escuela, asistir a las clases de catesismo a las que yo iba; como siempre mi timidez no me dejó platicar con él en aquellas clases pero al menos de alguien más sabía el nombre: Javier. Un chico lindo y tímido, de cabello rubio-castaño, de tez clara y muy divertido.
Hacía tiempo que había estado viéndolo más de lo necesario, y creía que me había empezado a gustar, pero esta vez no me haría ilusiones...
Comenzamos a platicar entre todos, muy pronto Valery se fue con su novio y muchos se fueron llendo. Me sentía tan satisfecha pues había platicado tranquilamente con Javier, sin mostrarme nerviosa ni nada. Después de que Luna me cachara mirandolo continuamente se dió cuenta y me pidió que la acompañara al baño.
- Isabella, ¿te gusta Javier?
- Em... - Dije dudando; ya antes me había echado carrilla con gente sin que ni si quiera me gustara, ahora alguien que si sería peor. - Si, pero no digas nada por favor. - Dije suplicando
Se tapó la boca con la mano en un intento de no gritar, la había dejado sorprendida.